Jardines en
pendientes
La
urbanización en lugares rurales, llámense parcelas de agrado o de residencia
estival, ocupa muchas veces laderas de cerros con diversos grados de inclinación
y los arquitectos resuelven el problema de diseño con habitaciones en distintos
niveles adaptándose a la topografía del terreno.
El
paisajismo tiene en estas circunstancias algunas desventajas en materia de
escorrentías de agua por ejemplo o el tipo de suelo delgado o rocoso que limita
las posibilidades de árboles o arbustos de raíces profundas. Sin embargo las
pendientes ofrecen la mayoría de las veces grandes oportunidades para realizar
diseños distintos y atractivos.
Una de las
alternativas consiste en aterrazar algunos sectores con muros de contención
construidos en piedra, de manera que se pueda atenuar la pendiente y permitir
con los bordes superiores de muretes, la conducción de aguas lluvias o
excedentes de riego. Las terrazas atenúan el efecto escorrentía en el terreno y
permite otorgar vista más planas desde arriba cuando la habitación se emplaza
en cotas más altas.
Mientras
las pendientes se cubren con vegetación, estas quedan vulnerables a la erosión
que genera el agua de lluvias y/o de riegos. En esos casos conviene plantar
protegiendo el suelo con una manta de control de erosión existente en el
mercado. Esta manta es una combinación
de mallas de polipropileno con fibra vegetal que tienen por objeto amortiguar
el golpe de las gotas de agua que remueven los granos de tierra arrastrándolos
hacia partes inferiores produciendo sedimentaciones en lugares no deseados.
En
los bordes superiores de muretes pueden ser plantadas especies rastreras que se
dejen colgar desde lo alto, cubriéndolos parcialmente. Hay muchas plantas
colgantes de flor o de variados coloridos de hojas, que brindan contraste con
el material de muros.
La
conexión entre terrazas puede ser materializada con senderos cubiertos con
elemento árido en caso de no ser muy abruptos, o en este último caso pueden ser
utilizadas gradas de diversos materiales y diseños como lo ilustran las
imágenes de ejemplo. Estas pueden ser de madera impregnada, maderos de
durmientes viejos, soleras y/o pastelones
de hormigón.
Las
conexiones de pueden tener diversos trazados en el terreno según se les pueda
sacar mejor provecho práctico o estético combinándolos con arbustos, rocas,
hierbas y árboles. En estos trazados se pueden incorporar espacios de terrazas
sin vegetación y cubiertos de algún material duro, con el objeto de crear
descansos provistos de escaños, aprovechando alguna perspectiva de vista sobre
el paisaje de entorno.
En
jardines amplios como los emplazados en sectores costeros o cordilleranos, las
pendientes tienen como virtud, la de ofrecer una vista variada colores y
texturas desde la distancia.
Roberto E.
Menzel Siebert
Diseñador de Arquitectura del paisaje.
/docente Universidad Tecnológica de Chile INACAP sede Temuco
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