lunes, 9 de diciembre de 2013


Cuidados del césped en verano

 

El césped tiene durante la primavera y verano su estado de máxima actividad metabólica impulsada por diversos factores ambientales que le favorecen; aumento de fotoperiodos (más horas de luz), aumento de temperatura ambiental y cuando hay riego o lluvia, disponibilidad de humedad en el suelo. En consecuencia el corte o poda del pasto constituye la labor de mayor relevancia en la mantención de un césped, pues incide sobre el desarrollo de las raíces, la densidad de la cubierta vegetal, homogeneidad y ausencia de malezas, además del aspecto estético.
 

El corte del pasto es un proceso que requiere considerar algunos aspectos básicos para obtener un buen resultado:

El corte del área foliar del césped provoca pérdida de las reservas de nutrientes que la planta tiene en hojas y tallos y la disminución de hoja para realizar la fotosíntesis (elaboración de alimento). Cortes excesivamente bajos provocan una disminución del sistema radicular, tanto en densidad como en profundidad de raíces, debido a la disminución de la parte aérea ya que las reservas de la planta son utilizadas en la formación de nuevos tallos en detrimento del sistema radical. Cuando el césped se enfrenta a situaciones estresantes (épocas muy calurosas o muy frías), debe elevarse la altura de corte, a fin que la planta pueda superar en mejor forma el stress. La posterior reducción de la altura de corte debe ser paulatina. La frecuencia de corte dependerá de las especies que conformen el césped, del riego, fertilización y de los factores climáticos.

Regular la altura de corte, de modo de no sacar más del 30% del largo de la hoja. En Chile está poco desarrollado este aspecto del corte de pasto. A partir del mes de octubre es recomendable elevar la altura de corte, para esto es necesario subir las cuchillas de la máquina. Al dejar el pasto largo en verano, las hojas protegen los puntos de crecimientos de la influencia de los rayos UV, que perjudican el crecimiento. Progresivamente, a medida que la temperatura baja, y el crecimiento del pasto disminuye, se baja el corte, de modo que en pleno invierno es bastante rasante

Para mantener un césped creciendo sano y verde es esencial regarlo en períodos de sequía. Como regla general podemos afirmar que la frecuencia de riego varía de un lugar a otro y debe determinarse de acuerdo a la apariencia del césped. La necesidad de agua en el pasto, puede identificarse cuando este se torna de un color verde azulado con pérdida de brillo y cuando las pisadas permanecen marcadas en él, ya que la falta de agua hace que a la hoja le cueste recuperar su posición original. Lo ideal sería regar el césped justo en ese momento ya que el deterioro en ese punto es mínimo y, apenas el césped recibe agua, se recupera. Regar el pasto antes de observar estos signos no proporciona beneficio alguno.

Si se llega a un cuadro de sequía severa, la planta deja de crecer y las hojas se tornan marrones y mueren (no significa que la planta haya muerto). Cuando se riega en este punto el césped puede sobrevivir. Necesitaría un periodo de 3 semanas para producir nuevas hojas recuperarse totalmente.

Si un jardín necesita 25 a 35 milímetros de agua por semana, es preferible aplicar esta cantidad en un solo riego o en dos riegos iguales con 2 ó 3 días de espacio entre sí; y no regar en forma liviana todos los días. Recordemos que 1 mm equivale a 1 lt. de agua por metro cuadrado.

Después del riego, la tierra debe estar húmeda hasta 15 centímetros de profundidad. Es recomendable humedecer a fondo toda la zona de las raíces.

 La hora ideal para hacerlo es entre las 1:00 y las 6:00 de la mañana. A esta hora el viento no interfiere en el riego y no hay prácticamente evaporación de agua. Regar durante el día o en horas de calor, no es efectivo ya que gran cantidad de agua se evapora por la alta temperatura de la tierra, siendo por consiguiente muy difícil humedecer el suelo adecuadamente. Si bien no se recomienda regar en estas horas, vale aclarar que hacerlo, no provoca la quemadura del pasto como suele decirse.

 Una excepción la constituye un césped recién sembrado, que debe regarse de 2 a 4 veces por día. La cama de siembra debe estar húmeda de 2.5 a 5 centímetros de profundidad, pero no debe estar saturada.

Otro beneficio que trae esta práctica de riego en siembra de pasto es lograr bajar la temperatura en promedio del suelo, en lo que prácticamente es un almácigo de pasto.

 A medida que las semillas germinan y los brotes comienzan a crecer, es fundamental que las nuevas plantas no se sequen. Continúe regando 2 ó 4 veces por día si las condiciones climáticas son secas. Cuando las plantas llegan a los 2 centímetros de altura puede reducirse la frecuencia de riego gradualmente, y regar en cambio, más profundamente. Una vez que el césped se haya cortado 2 ó 3 veces, se le aplicará el régimen recomendado para césped adulto.
 

Roberto E. Menzel Siebert
Diseñador de Arquitectura del paisaje. /docente Universidad Tecnológica de Chile INACAP sede Temuco
Mail: roberto.menzel@inacapmail.cl

domingo, 24 de noviembre de 2013


Jardines en pendientes

La urbanización en lugares rurales, llámense parcelas de agrado o de residencia estival, ocupa muchas veces laderas de cerros con diversos grados de inclinación y los arquitectos resuelven el problema de diseño con habitaciones en distintos niveles adaptándose a la topografía del terreno.

El paisajismo tiene en estas circunstancias algunas desventajas en materia de escorrentías de agua por ejemplo o el tipo de suelo delgado o rocoso que limita las posibilidades de árboles o arbustos de raíces profundas. Sin embargo las pendientes ofrecen la mayoría de las veces grandes oportunidades para realizar diseños distintos y atractivos.

Una de las alternativas consiste en aterrazar algunos sectores con muros de contención construidos en piedra, de manera que se pueda atenuar la pendiente y permitir con los bordes superiores de muretes, la conducción de aguas lluvias o excedentes de riego. Las terrazas atenúan el efecto escorrentía en el terreno y permite otorgar vista más planas desde arriba cuando la habitación se emplaza en cotas más altas.

Mientras las pendientes se cubren con vegetación, estas quedan vulnerables a la erosión que genera el agua de lluvias y/o de riegos. En esos casos conviene plantar protegiendo el suelo con una manta de control de erosión existente en el mercado.  Esta manta es una combinación de mallas de polipropileno con fibra vegetal que tienen por objeto amortiguar el golpe de las gotas de agua que remueven los granos de tierra arrastrándolos hacia partes inferiores produciendo sedimentaciones en lugares no deseados.

 


En los bordes superiores de muretes pueden ser plantadas especies rastreras que se dejen colgar desde lo alto, cubriéndolos parcialmente. Hay muchas plantas colgantes de flor o de variados coloridos de hojas, que brindan contraste con el material de muros.

La conexión entre terrazas puede ser materializada con senderos cubiertos con elemento árido en caso de no ser muy abruptos, o en este último caso pueden ser utilizadas gradas de diversos materiales y diseños como lo ilustran las imágenes de ejemplo. Estas pueden ser de madera impregnada, maderos de durmientes viejos, soleras y/o pastelones  de hormigón.

 




Las conexiones de pueden tener diversos trazados en el terreno según se les pueda sacar mejor provecho práctico o estético combinándolos con arbustos, rocas, hierbas y árboles. En estos trazados se pueden incorporar espacios de terrazas sin vegetación y cubiertos de algún material duro, con el objeto de crear descansos provistos de escaños, aprovechando alguna perspectiva de vista sobre el paisaje de entorno.

En jardines amplios como los emplazados en sectores costeros o cordilleranos, las pendientes tienen como virtud, la de ofrecer una vista variada colores y texturas desde la distancia.




 

Roberto E. Menzel Siebert

Diseñador de Arquitectura del paisaje. /docente Universidad Tecnológica de Chile INACAP sede Temuco

domingo, 20 de octubre de 2013


Sustentabilidad de un jardín
 
A menudo se me consulta sobre las tareas de importancia a desarrollar en cada época en un jardín, o cuáles son las plantas indicadas en esta zona. Preguntas frecuentes que reflejan la preocupación que a veces llega al estrés por tratar de tener un jardín hermoso. El jardín debe ser un agrado y no una tortura.

Será un agrado en todo sentido, a la vista, con aromas, tendrá texturas y el hábitat que se crea debe atraer aves, agradables al oído con sus expresiones. Estará constituido por plantas y especies que se adapten a la condición de suelo, que no requieran de mucho cuidado en riego y fertilización, que su poda se limite solo a un par de veces en el año. O sea debe ser sustentable. Si es necesario tener césped en él, debe ser de una mezcla de especies y variedades que cumplan con los requerimientos de los usuarios y necesite de un manejo simple.

Sustentable, significa que se debe sustentar de manera razonable y equilibrada, en el tiempo, entre lo que uno desea y lo que su puede tener sin afectar el medio.

Algunas claves para lograr la sustentabilidad.

No todos los espacios necesitan y/o soportan un césped, sea porque es muy pequeño, por estar en pendiente o porque es sombrío. Se debe recurrir a algún tipo de especie perenne (vive por años) que cubra la tierra con un color y textura o volumen al gusto del usuario. Hay prados con plantas desde tallo leñoso como Hypericum calycinum, Coprosma kirkii, Juniperus repens  o Hedera hélix, hasta plantas herbáceas como Ajuga reptans, Lamium maculatum, Arctotis x hybrida, Bergenia crassifolia,  Gazania splendens, Soleirolia soleirii  y muchas otras que se adaptan perfectamente a lo que hemos planteado.
 
Otra alternativa es cubrir zonas con mezcla de plantas herbáceas y leñosas de altura similar pero de diferentes hábitos de floración, de manera que durante el mayor tiempo posible tengamos flores o colorido en las hojas. Hay bulbos que florecen casi desde el invierno hasta el avanzado verano, como “Narcisos” “Tulipanes” “Muguet” “Crocosmia” “Lilium” “Gladiolo” o “Calas” que requieren muy poco manejo.

Hay plantas semileñosas bajas que florecen mucho tiempo y de poca demanda de recursos como Dimorphotheca aurantiaca,  Senecio cineraria y muchas otras que no necesitan ser reemplazadas todos los años.

Una buena solución puede ser el uso de superficies texturales con mezclas de áridas como gravas de diferentes colores, maicillo o polvo de ladrillo y con vegetales u orgánicas como cortezas. Estas deben ser delimitadas con algún elemento que impida se mezclen.

Otra alternativa sustentable en un jardín son las rocallas, en que se emplean muchas piedras de diferentes tamaños, separadas con plantas y arbustos que viven en ese especial ambiente en que las piedras retienen el calor del día hasta tarde en la noche o el frío de la noche hasta avanzadas horas del día. Este ambiente permite el cultivo de plantas como Astilbe japónica, Aquilegia vulgaris, Phlox divaricata, Cerastium tormentosum, Senecio cineraria, Erica carnea, Alyssum maritimum, Arenaria montana, y otras que pueden ser combinadas con plantas arbustivas de crecimiento rastrero como Cotoneaster horizantalis, Juniperus rastrero, Pittospurum tobira nana, Lavándula officinalis, Salvia leucantha y varias otras.

Atreverse a romper esquemas tradicionales e innovar en estilos, no significa que se deba tener más recursos, es en el mediano plazo un gran ahorro en mantenimiento y un agrado en todo sentido.


Roberto E. Menzel Siebert

Diseñador de Arquitectura del paisaje. /docente Universidad Tecnológica de Chile INACAP sede Temuco

domingo, 15 de septiembre de 2013


Paisaje urbano

Hay tantas formas de definir lo que es un paisaje urbano, llamado también espacio urbano, como personas que de una u otra manera intervienen en su desarrollo. Pero esencialmente lo definen una serie de características que lo diferencian de otros espacios, principalmente con el paisaje rural. Entre estas destacamos una alta densidad de población, que pasa a ser parte y el principal demandante del paisaje y que sea dominado por la arquitectura de sus edificios e infraestructura vial, elementos que pierden protagonismo en el paisaje rural o sub urbano.

El habitante urbano añora el paisaje natural como una necesidad básica para recrear su mente y alma en demanda de mejor calidad de vida. Se transforma así, el paisaje urbano, en un espacio en que distintas especialidades se diputan el protagonismo. Especialistas que últimamente se esfuerzan más por destacar con ideas modernas y vanguardistas en sus diseños, que satisfacer la demanda real de los habitantes.

El interés creciente de las personas en una ciudad, es encontrar espacios armónicos entre la necesidad de desplazamiento y convivencia segura con la presencia de suficientes elementos que provengan del paisaje natural. Esto debe ser el foco de la arquitectura del paisaje urbano, más allá de la búsqueda de  protagonismos artísticos.


Lo simple, el bajo perfil y la existencia de detalles naturales que favorecen el poblamiento de animalitos que componen un ecosistema, deben predominar los diseños de espacios urbanos. Es ahí donde conviven especies que paulatinamente dejan de temer al género humano, que por su parte, también ha aprendido a respetarlas y quererlas. Eso es lo que da sustentabilidad a los espacios naturales y se acerca al paisaje natural que el habitante urbano desea.

Con la primavera llega el interés de muchas personas por embellecer sus propios espacios destinados a contribuir al paisaje urbano. La suma de todos los jardines de la ciudad pasa a ser mayoritariamente el paisaje urbano, atenuando la predominancia de arquitectura de edificios y accesorios urbanos contaminantes como cableados y señalización.

Una iniciativa municipal que estimule el esfuerzo de esta suma de paisajes es una buena instancia a la que nos sumamos con entusiasmo. Durante el mes de Octubre la I. Municipalidad de Temuco, realizará la quinta versión de la “Semana del Jardín” en la habrá muchas formas de participación e integración de los protagonistas de la Arquitectura del Paisaje urbano.

Una de esas instancias es la premiación a los jardines que destacan en diferentes barrios y sectores sociales, previamente inscritos de la ciudad, como una manera de retribuir al esfuerzo individual por embellecer el paisaje urbano. Todos los jardines de una ciudad aportan a este paisaje, desde el pequeño antejardín, el balcón adornado con bellas jardineras colgantes hasta el jardín del condominio en que habitan muchas familias.

Cientos de familias han participado en esta iniciativa municipal y cada año se suman nuevos concursantes que se esfuerzan por presentar hermosos jardines que aportan al paisaje urbano de la ciudad, recibiendo estímulos consistentes en herramientas, plantas o insumos.

La costumbre popular de compartir patillas o semillas, sumadas a la facilidad de cultivo de plantas que se han adaptado a las características de clima y suelo, contribuye a que ellas se repitan en muchos jardines, contribuyendo así a una identidad propia del paisaje urbano de una ciudad. Ejemplo de ello, pueden ser las Hortensias, Rosas, Azaleas, Rododendros, Camelias y Magnolios que abundan en el sur de Chile.

martes, 27 de agosto de 2013


Preparando el jardín para la primavera

 

El invierno que comienza a retirarse ha dejado sus efectos en el jardín. El hielo ha sido útil para dar horas de frío a plantas de bulbos y tallos engrosados, lo que gatilla el desarrollo de yemas florales y luego la floración de todas ellas. Es el caso de “Narcisos” “Tulipanes” “Muguet” y muchas otras de floración invernal tardía. El exceso de humedad ha compactado y deformado las islas de flores y arbusto y su borde, para ello es necesario soltar la tierra picándola y aprovechar de fertilizar con una mezcla de N P K formulada para bulbos y plantas de flores.




Los arbustos y árboles que perdieron sus hojas en otoño, comienzan a mostrar yemas florales y vegetativas en desarrollo al punto que ya hay muchos de ellos floreciendo. Es momento de disfrutar de la magia de la manifestación de vida en las plantas.

 

El césped es el que más ha sufrido durante el invierno, muchas veces por la mala fertilidad del suelo y la compactación del terreno la falta de aireación, el mal drenaje, la sombra excesiva, o corte demasiado intenso,  se ha poblado de musgo.

¿Qué hacer con el musgo?   Algunas acciones con químicos o minerales:

Primera acción con minerales: uso de fertilización potásica... sulfato de potasio 1 k/100 m2 a todo el césped.

Segunda acción con minerales...  usar sulfato de fierro a los 15 días del anterior, bien molido secarlo al sol y usarlo a razón de 400 g/100 m2

Tercera acción con minerales...  usar a los 15 días de la anterior,  QUIK... detergente de lava lozas... hasta 450 cc. diluido en 10lts. de agua /100 m2.

La prolongación de los fotoperiodos (horas luz natural) tiene como efecto el crecimiento del césped que se había estancado durante el invierno. Junto a ello comienzan a emerger también algunas malezas que debemos controlar.  Si las malezas son aisladas lo mejor es extraerlas manualmente con el "desmalezador". En su reemplazo se puede usar una hoja metálica con la punta recortada en "v" que facilite la extracción de malezas desde las raíces.

Para jardines grandes y mayor población de malezas es recomendable un control químico con herbicida hormonal selectivo de hoja ancha  usando MCPA en dosis de 100 cc disueltos en 15 lts de agua / 1.000 m2.

Es ahora en que debemos fertilizar el césped para fortalecer el desarrollo foliar y verdor del pasto junto con proporcionarle firmeza a sus tallos para mejorar la resistencia al roce y pisoteo, como la capacidad de retener agua en su tejido. Para ello usaremos una mezcla de salitre potásico (de color rosado) en dosis de 4 a 5 kgs / 100 m2.  Si el césped será sometido a mucho tráfico, se puede aplicar Nitrato de Potasio en dosis de 3 a 4 Kgs / 100 m2.

Hay jardines en que el césped se ha raleado demasiado y se puede realizar un sobresiembra. Para ello se debe cortar a muy baja altura, casi a ras de suelo, para esparcir semilla en la superficie sin mayor preparación. Eso si se debe cubrir con una delgada capa de sustrato compuesto de 40% arena gruesa y 60% tierra de hoja para tapar la semilla.
 
El uso intensivo del césped, especialmente en aquellos que se establecen en un terreno con un alto contenido de finos (arcillosos), produce en el transcurso de algunos meses y con la humedad del invierno la compactación del terreno, con consecuencias como disminución del drenaje del sistema radicular y de la aireación y el endurecimiento de la superficie.

La descompactación consiste en pinchar (perforar) el terreno con horqueta, si la superficie es pequeña, o con una descompactadora de pinchos macizos o de cuchillas triangulares si la superficie a descompactar es mayor. Esta labor permite el intercambio gaseoso del sustrato a nivel de raíces, aumentando la población de micro organismos necesarios para una adecuada nutrición de las plantas.

 
Roberto E. Menzel Siebert

Diseñador de Arquitectura del paisaje. /docente Universidad Tecnológica de Chile INACAP sede Temuco

martes, 23 de julio de 2013

Los cuidados del jardín en invierno


Los cuidados del jardín en invierno

 

El frío y la disminución de calidad y cantidad de luz en invierno afectan a todas las plantas por igual, sin embargo aquellas especies que han sido sacadas de su propio hábitat, ocurre con las exóticas e introducidas, requieren de alguna atención especial. Cuando hablo de plantas, me refiero a todas sin discriminar por tamaño, puede ser desde el césped hasta un árbol.

Es importante saber que las plantas se han adaptado a esta condición adversa y bajan su actividad metabólica y no sintetizan nutrientes, al punto que debido a ello, muchas de ellas pierden sus hojas y sus células viven de nutrientes acumuladas en tejidos de reserva. Es decir invernan en estado de receso o dormancia vegetativa.

Es por lo tanto época en que las plantas permiten que sean podadas o trasplantadas, sin muchos riego de sobrevivencia, a pesar de los errores que se puedan cometer en la práctica.

 

Podas árboles y arbustos

La poda es una práctica mecánica en la que eliminamos parte de una planta para conseguir de ella una ramificación nueva, estimulada y equilibrada.  Como también, para estimular la floración o su producción de frutas en el caso de árboles frutales. En la mayoría de las plantas la poda no es labor obligada de todos los años, sin embargo casi siempre es beneficiosa, siempre que no se interrumpa el proceso de floración.

Es importante saber en qué lugar de las ramas se encuentran las yemas florales y cuando florecerán. Suele ocurrir que se eliminan ramas con yemas florales formadas durante el verano y que florecerá en primavera y al cortarlas, estas no florecen. Otras en cambio, forman yemas florales en ramas que crecen en primavera para florecer en verano. En este caso se podan para estimular la formación nuevas ramas que florecerán en el corto plazo.

 

Trasplantes

Desde viveros o transplantadas por nosotros mismos, las especies de hoja perenne se extraen mientras dure el receso vegetativo que comienza en otoño hasta la primavera, haciendo un cepellón (champa) del tamaño de las raíces conservando la tierra adherida a las mismas, envolviendo con algún material natural o sintético. Las plantas cultivadas en un contenedor (maceta o bolsa polietileno) se pueden plantar en cualquier época, incluso verano.

Si el cepellón se ha envuelto con material natural vegetal (cajón de madera, follaje de plantas de pantano), solo se cortan las amarras y luego se planta. El envoltorio sintético en cambio debe ser retirado completamente.

En plantas de hoja perenne, conservar la orientación es mas importante que en las de hoja caduca.

 

Si se trata de trasplantar un árbol o arbusto adulto de un lugar a otro, se hará durante el receso vegetativo de la planta, es decir desde el otoño y hasta el comienzo de la primavera, según los pasos que se ilustran en los esquemas siguientes.

 

 

Labores en el césped

Descompactación: El uso intensivo del césped, especialmente en aquellos que se establecen en un terreno con un alto contenido de finos (arcillosos), produce en el transcurso de algunos meses la compactación del terreno, con consecuencias como disminución del drenaje del sistema radicular y de la aireación y el endurecimiento de la superficie.

La descompactación consiste en agrietar el terreno con horqueta, si la superficie es pequeña, o con una descompactadora de pinchos macizos o de cuchillas triangulares si la superficie a descompactar es mayor. Las épocas más adecuadas para efectuar esta labor son primavera y otoño.

 

Resiembra: Se conoce como resiembra a la operación destinada a sembrar de nuevo las zonas del prado, que debido al uso intensivo u otros motivos, presentan baja o nula densidad de césped. Consiste en cortar el césped, rastrillar las zonas despobladas, sembrar y tapar con una fina capa de arena a la que se le puede adicionar tierra hojas (cómpost) y turba. Esta labor se logra con mejores resultados a fines del invierno o en primavera aprovechando foto períodos aceptables junto a temperaturas moderadas.

 

 

Roberto E. Menzel Siebert

Diseño en Arquitectura del paisaje. /docente Universidad Tecnológica de Chile INACAP sede Temuco

miércoles, 26 de junio de 2013


Como convivir con plantas en interiores

 

Para entender el manejo adecuado de plantas en interiores, debemos tener en cuenta que la naturaleza no creó las “plantas de interiores”. En la práctica cualquier planta puede ser cultivada al interior de una habitación. En efecto, son plantas como cualquiera otra, con la diferencia que proviene de otro hábitat que el nuestro y en consecuencia debemos tener algunas consideraciones.

 
El tamaño de la hoja nos indica de alguna manera de cuál es el rango de luz que demandan, a mayor tamaño de hojas, las plantas necesitan menos intensidad de luz. Significa que en su medio natural, no cuentan con mucha luz y han desarrollado mayor superficie foliar para realizar de mejor manera la fotosíntesis. En consecuencia, debemos tener cuidado de no exponerlas a sol directo, sino solo a través de una cortina o colocarlas en lugares con menor claridad. Plantas con hojas grandes evaporan mayor cantidad de agua (generalmente provienen de climas tropicales) por lo que la frecuencia de riego deberá ser mas seguida.  Inversamente proporcional las plantas de hojas más pequeñas requieren de mayor iluminación y menor frecuencia de riego.

 
La temperatura ambiente que requieren las plantas es muy diversa, no siempre provienen de climas tropicales, generalmente más templados, sino pueden venir de ambientes de montaña, más fríos, por lo que la recomendación es informarse acerca del origen natural de ellas. Por citar algunos ejemplos, la Violeta de los Alpes (Cyclamen persicum) o las diferentes variedades de Begonias, requieren de períodos expuestas al frío por su naturaleza de geófitas, pues tienen órganos caulinares (tallos) adaptados para sobrevivir en condiciones adversas de temperatura y pierden sus hojas.

Plantas de hojas grandes no toleran temperaturas exageradamente altas, pues tienden a transpirar mayor cantidad de agua desde su tejido, provienen de climas tropicales con índices de humedad ambiental más elevados. Cito: Monsteras, Philodendro, Ficus, Anthurium o Dracaena.  Para mantener esa humedad, conviene tener entre ese tipo de plantas, algún recipiente (platillo o tasa) lleno con agua, de manera que vaya evaporándose a temperatura ambiente.

Aquellas plantas que tienen tallos engrosados y hojas más pequeñas o suculentas, cito: Kalanchoe, sedum, Sansevieria y Cactus en general, resisten mejor un ambiente seco y caluroso. Es conveniente cultivarlas en un sustrato con mayor porcentaje de arena en el macetero.

 
El riego de plantas en interior, debe ser moderado y no se debe a un calendario rígido. La forma más eficiente de determinar la necesidad de regar es tocando la tierra con los dedos, si siente humedad, no se debe regar. El exceso de agua impide el intercambio gaseoso necesario en las raíces de las plantas y se puede causar muerte por hipoxia (falta de oxígeno). Las plantas frente a la falta de agua se muestran marchitas, pero no mueren y con un oportuno riego al cabo de corto tiempo recuperan su hidratación en tejidos.

De lo anterior la importancia de la composición del sustrato con un 30% de arena gruesa (de Lepanto en el mercado) pues permitirá un adecuado drenaje para el intercambio gaseoso.

 
No debemos olvidar que las plantas obtienen sus nutrientes desde la tierra, por lo que el tamaño del macetero, la calidad de la tierra y la fertilización son claves en la salud de la planta. Conviene tener en cuenta que el tamaño de raíces es proporcional al tamaño de la estructura aérea de plantas, lo que no indica que sean iguales, pero crecen al mismo tiempo. Los nutrientes de la tierra se agotan por lo que una fertilización equilibrada en componentes básicos (N, P y K) son esenciales al menos una vez al año.

En el mercado existen hoy muchas alternativas de fertilizantes para plantas en interior, formulados de acuerdo a los requerimientos de estas. Plantas de hojas grandes y tejido blando requieren de dosis suplementarias de Nitrógeno (N)

 
La muerte parcial o total de las hojas muchas veces nada tiene que ver con alguna enfermedad, es un proceso natural de recambio de hojas, o se debe a falta de nutrientes o desequilibrio de elementos que se le proporcionan. Son seres vivos y tienen necesidades que muchas veces el hombre desconoce o permanece indiferente porque ellas no protestan.

Las enfermedades de hongos en la mayoría de las veces se manifiestan con colores pardos o grises y el tejido muere emblandecido por su presencia.

 
Como norma general puedo afirmar que una planta bien alimentada y mantenida en su ambiente apropiado, es una planta con suficientes defensas para resistir depredadores o patologías, con colores brillantes e intensos. La palidez o amarillez es síntoma de deficiencias nutricionales o mal manejo de riego.

sábado, 4 de mayo de 2013


Gusanos se comen nuestro jardín

 Un césped bien fertilizado y con adecuado manejo de cortes, aireaciones y riego oportuno, debiera estar protegido contra gran parte de las enfermedades que suelen afectar al césped en las áreas verdes.  No obstante lo anterior hay ciertas plagas que son parte del hábitat donde se desarrolla nuestro césped y son una constante amenaza.

 Los gusanos son el estado en el ciclo biológico de los insectos, en que suelen ser muy dañinos para la agricultura y la jardinería. Es el caso de dos insectos, que en estado adulto durante el verano, mientras ponen sus huevos, pasan casi desapercibidos o poco llaman nuestra atención. Ellos son el gusano blanco (Melolontha melolonta) y la cuncunilla negra (Dalaca pallens). Estos insectos son nativos y están presentes en praderas naturales como sembradas por el hombre, por lo que debemos estar en constante preocupación por erradicarlos de nuestro jardín.

 El gusano blanco vive y se alimenta bajo la tierra, haciéndolo de las raíces de pasto y algunas plantas arbustivas.  El síntoma del daño en césped son manchas de pasto seco, que al tratar de removerlo, éste se encuentra sujeto al suelo en estado necrótico o seco. No debe confundirse el daño causado por los gusanos del suelo con el césped seco debido a falta de riego. Si se sospecha la presencia de Gusanos blancos, hay que buscarlos en primavera avanzada (noviembre en el Hemisferio sur). Con un cuchillo cortar panes de césped y examinar las raíces, buscando gusanos. Luego se vuelve a poner en el mismo lugar. Hacerlo en varios sectores del jardín.

   


Por su hábito de alimentarse bajo la tierra, es muy difícil su control. Sin embargo se logra bajar la población de estos gusanos, mediante una aplicación de insecticida en polvo esparcido en la superficie del césped recién cortado y luego perforado con púas, de manera que con el agua lluvia o riego arrastre el ingrediente algunos centímetros por los orificios.

El adulto no daña el césped, puesto que se alimenta de hojas de roble, especies forestales y algunos frutales.

 
La cuncunilla negra vive bajo la tierra, pero a diferencia del gusano blanco, ésta se alimenta en la superficie, masticando el cuello de plantas de pasto y arbustos. Es fácil verla en la superficie, pero solo de noche por tener hábitos nocturnos de alimentación, y al salir a la superficie, deja montoncitos de tierra fresca a rededor del orificio por el que sale. Si buscamos en el jardín con una linterna, nos encontraremos con larvas desplazándose por cualquier superficie.

Los síntomas en el césped son los mismos del gusano blanco, solo que el pasto seco muerto, queda sobre el suelo y es fácilmente removible debido a su corte en el cuello. 



 


 


    El control de esta larva es más fácil, solo se debe aplicar un insecticida específico pulverizado sobre la superficie entre los meses de marzo y mayo con una frecuencia de una aplicación cada dos semanas.

 

 

Roberto E. Menzel Siebert

Arquitecto de diseño del paisaje. /docente Universidad Tecnológica de Chile INACAP sede Temuco

Twitter: @robertomenz

 

 

miércoles, 6 de marzo de 2013


Termina el verano y algunas plantas pueden ser podadas

 
Una vez fecundada la flor se comienza a formar el fruto que contiene las semillas con que las plantas aseguran la sobrevivencia de la especie. Es el ciclo natural de todas las especies. Sin embargo para nuestros jardines puede que este proceso no sea el más decorativo, aunque en muchos casos los frutos si lo son , en especial cuando permanecen adheridos a la planta gran parte del invierno con llamativos colores.

 
En efecto cuando la planta forma los frutos, destina todo su esfuerzo nutritivo hacia el desarrollo de los embriones (semillas) dejando de lado el cuidado estético de ramas u hojas, que en muchos casos y en especial de plantas mal nutridas (sin suministro de fertilizante) pierden atractivo, se mueren y las pierden.

Es entonces cuanto los jardineros pueden sacar algunas ventajas a través de la poda.

 La poda es una práctica mecánica en la que eliminamos parte de una planta para conseguir de ella una ramificación nueva, estimulada y equilibrada.  Como también, para estimular la floración o su producción de frutas en el caso de árboles frutales. Si al término del verano podamos aquellas ramas con frutos secos poco atractivos, desviaremos el tránsito de nutrientes hacia la formación de nuevas ramas con follaje más atractivo e incluso en algunas especies (rosas por ejemplo) una segunda o tercera floración.

 Mucha especies anuales (que tienen un solo ciclo de floración, para luego morir) si son impedidas de fructificar, seguirán floreciendo en pro de su objetivo, que es la sobrevivencia de la especie. Con esta práctica prolongaremos el tiempo de floración de plantas en nuestro jardín.

 La poda de limpieza y supresión, es la que se hace para eliminar ramas enfermas, secas o dañadas, o ramas que ya florecieron.  También se suprimen ramas para lograr aireación o mayor penetración de luz en su parte central, donde debe desarrollar nuevas ramas.  La presencia de aire y luz impide también la formación de musgos en los troncos y ramas o enfermedades de hongos. La poda de supresión se practica también a plantas que hayan florecido, eliminando flores marchitas y los frutos, estimulando en muchas especies una nueva floración. Esta poda puede realizarse en cualquier época del año, no necesariamente esperar el invierno.

 La poda de formación, es la que hacemos para lograr una forma armónica de crecimiento de la planta que por falta de luz o corrientes de aire, muchas veces crece más hacia un lado que a otro.  De tal manera que, cortando algunas ramas, reforzaremos el  desarrollo de otras y lograremos un equilibrio en la planta, tanto en la forma como en la distribución del alimento en la planta. Se puede hacer en individuos jóvenes para estructurar sus ramas principales, que serán las que determinarán la altura y ancho de la planta (frutales). La podemos hacer también con plantas adultas que han crecido desproporcionadamente para el espacio que tiene nuestro jardín. Esta poda también se puede realizarse en cualquier época del año, no necesariamente esperar el invierno. Prueba de ello es la poda de formación que se aplica en plantas con estructura de seto.

 Poda de rejuvenecimiento,  es la que se hace a plantas de mucha edad que han crecido más allá del espacio que resulta proporcional o deseado. Es la más delicada de las podas, dadas lo traumático que para la planta puede resultar.   Esta poda muchas veces debe hacerse en forma paulatina, alternada o escalonada, durante algunos años, para reducir efectos adversos que puede tener este tipo de poda en algunas plantas.

 La mayoría de las plantas no necesitan ser podadas todos los años, sólo cuando alguna de las razones mencionadas lo ameritan y sin abusar de ella.  Otras en cambio lo necesitan todos los años y en el caso de los rosales hasta dos veces en el año.

 Las ramas y follaje que resultan de la práctica de podas deben ser eliminados o tratados ecológicamente para no contaminar con ellas otras especies por transmisión de enfermedades. Estas pueden ser reducidas para luego ser compostadas, o depositarlas en recipientes asignados para ello por la autoridad de medioambiente de la I Municipalidad. Dejar estos residuos en la vía pública implica el riesgo de ser citado a comparecer a un tribunal de policía local.