miércoles, 26 de junio de 2013


Como convivir con plantas en interiores

 

Para entender el manejo adecuado de plantas en interiores, debemos tener en cuenta que la naturaleza no creó las “plantas de interiores”. En la práctica cualquier planta puede ser cultivada al interior de una habitación. En efecto, son plantas como cualquiera otra, con la diferencia que proviene de otro hábitat que el nuestro y en consecuencia debemos tener algunas consideraciones.

 
El tamaño de la hoja nos indica de alguna manera de cuál es el rango de luz que demandan, a mayor tamaño de hojas, las plantas necesitan menos intensidad de luz. Significa que en su medio natural, no cuentan con mucha luz y han desarrollado mayor superficie foliar para realizar de mejor manera la fotosíntesis. En consecuencia, debemos tener cuidado de no exponerlas a sol directo, sino solo a través de una cortina o colocarlas en lugares con menor claridad. Plantas con hojas grandes evaporan mayor cantidad de agua (generalmente provienen de climas tropicales) por lo que la frecuencia de riego deberá ser mas seguida.  Inversamente proporcional las plantas de hojas más pequeñas requieren de mayor iluminación y menor frecuencia de riego.

 
La temperatura ambiente que requieren las plantas es muy diversa, no siempre provienen de climas tropicales, generalmente más templados, sino pueden venir de ambientes de montaña, más fríos, por lo que la recomendación es informarse acerca del origen natural de ellas. Por citar algunos ejemplos, la Violeta de los Alpes (Cyclamen persicum) o las diferentes variedades de Begonias, requieren de períodos expuestas al frío por su naturaleza de geófitas, pues tienen órganos caulinares (tallos) adaptados para sobrevivir en condiciones adversas de temperatura y pierden sus hojas.

Plantas de hojas grandes no toleran temperaturas exageradamente altas, pues tienden a transpirar mayor cantidad de agua desde su tejido, provienen de climas tropicales con índices de humedad ambiental más elevados. Cito: Monsteras, Philodendro, Ficus, Anthurium o Dracaena.  Para mantener esa humedad, conviene tener entre ese tipo de plantas, algún recipiente (platillo o tasa) lleno con agua, de manera que vaya evaporándose a temperatura ambiente.

Aquellas plantas que tienen tallos engrosados y hojas más pequeñas o suculentas, cito: Kalanchoe, sedum, Sansevieria y Cactus en general, resisten mejor un ambiente seco y caluroso. Es conveniente cultivarlas en un sustrato con mayor porcentaje de arena en el macetero.

 
El riego de plantas en interior, debe ser moderado y no se debe a un calendario rígido. La forma más eficiente de determinar la necesidad de regar es tocando la tierra con los dedos, si siente humedad, no se debe regar. El exceso de agua impide el intercambio gaseoso necesario en las raíces de las plantas y se puede causar muerte por hipoxia (falta de oxígeno). Las plantas frente a la falta de agua se muestran marchitas, pero no mueren y con un oportuno riego al cabo de corto tiempo recuperan su hidratación en tejidos.

De lo anterior la importancia de la composición del sustrato con un 30% de arena gruesa (de Lepanto en el mercado) pues permitirá un adecuado drenaje para el intercambio gaseoso.

 
No debemos olvidar que las plantas obtienen sus nutrientes desde la tierra, por lo que el tamaño del macetero, la calidad de la tierra y la fertilización son claves en la salud de la planta. Conviene tener en cuenta que el tamaño de raíces es proporcional al tamaño de la estructura aérea de plantas, lo que no indica que sean iguales, pero crecen al mismo tiempo. Los nutrientes de la tierra se agotan por lo que una fertilización equilibrada en componentes básicos (N, P y K) son esenciales al menos una vez al año.

En el mercado existen hoy muchas alternativas de fertilizantes para plantas en interior, formulados de acuerdo a los requerimientos de estas. Plantas de hojas grandes y tejido blando requieren de dosis suplementarias de Nitrógeno (N)

 
La muerte parcial o total de las hojas muchas veces nada tiene que ver con alguna enfermedad, es un proceso natural de recambio de hojas, o se debe a falta de nutrientes o desequilibrio de elementos que se le proporcionan. Son seres vivos y tienen necesidades que muchas veces el hombre desconoce o permanece indiferente porque ellas no protestan.

Las enfermedades de hongos en la mayoría de las veces se manifiestan con colores pardos o grises y el tejido muere emblandecido por su presencia.

 
Como norma general puedo afirmar que una planta bien alimentada y mantenida en su ambiente apropiado, es una planta con suficientes defensas para resistir depredadores o patologías, con colores brillantes e intensos. La palidez o amarillez es síntoma de deficiencias nutricionales o mal manejo de riego.